「お茶会」 (Osakai) «Fiesta del Té»

Para poner en primer lugar lo principal, me alegró mucho que esta semana Jibaku Shounen Hanako-kun se haya reanudado justo al final de la última, en el sentido manga. No sólo porque no quiero ver capítulos omitidos por razones estéticas (aunque eso es cierto), sino porque quemar el material parece crítico en este momento. Las cantidades vendidas en febrero han llegado, y Hanako-kun se ha colocado en el cuarto lugar de todas las series en cuanto a volumen de ventas, sólo por detrás de Kimetsu no Yaiba, Gin no Saji (que publicó su último volumen) y Go-Toubun no Hayanome, y por delante de algunos grandes éxitos.

Está a punto de ser repetido en marzo, también. En resumen, el anime ha dado un gran impulso a las ventas de manga. Eso me hace sentir bien por todo tipo de razones, y significa que si esta serie no tiene una continuación, algo realmente raro está pasando. Incluso si esto fuera inesperado, debería existir la posibilidad de seguir adelante, y con unos 20 capítulos quemados en nueve episodios, deberíamos tener mucho material para hacer una segunda temporada. Como mínimo, voy a estar muy decepcionado si no conseguimos un anuncio al final del episodio 12, porque es difícil imaginar qué más podría pedir el departamento de producción.

Al menos en Japón, Jibaku Shounen Hanako-kun es apreciado por la gema que es, y parece que le va razonablemente bien con los occidentales también. Este episodio fue otra ilustración de por qué esta serie es tan fuerte, operando con un elenco completamente diferente al de la semana pasada (sólo con una pequeña presencia de Hanako común en ambos), y un tono radicalmente diferente, sin saltarse ni un solo compás. También estamos viendo algo que refleja tanto la técnica de Aida Iro en la construcción de una historia como la dirección del anime – cada episodio es una construcción lenta, y la parte B es siempre más fuerte que la parte A.

Nene es despistada, torpe y adicta a un juego de móvil para enamorar ídolos, es una chica con la que se puede identificar

La semana pasada dije que no me importaba la ausencia de Nene, pero después de una nueva aventura con nuestro encantador imán de problemas me retracto de todo. Además de mostrar cómo el romanticismo desesperado de Nene es un problema para ella, este episodio es un espectáculo para los reflejos oscuros. Natsuhiko va a buscar a Nene a su salón de clases, y, naturalmente, ella queda cautivada por su encanto sempai y su buena apariencia.

Ella debería haberse dado cuenta de que era una trampa, especialmente después de que Tsukasa apareciera y la convirtiera en un pez, aunque para ser justos, Nene no era consciente de la conexión de Natsuhiko con Sakura. Aún así, una vez que se despierta parece olvidar todo eso en el rubor del delicioso té y la conmiseración de la hermana mayor de Sakura.

El paralelismo entre los tríos protagonista y antagonista entra en un marcado contraste una vez más.

A grandes rasgos, la dinámica Tsukasa-Sakura-Natsuhiko es un paralelo obvio a Amane-Nene-Kou. Y Tsukasa no es ni remotamente tímido en referirse a sí mismo como el opuesto de Amane. Pero más allá de eso, las cosas siguen siendo misteriosas. Sakura actúa imperiosamente como si estuviera al mando de este grupo, mandando a los chicos (vivos y muertos) implacablemente. Pero ella dice que Tsukasa es el que da las órdenes, y no tiene otra opción – como con Nene y Amane – más que obedecer.

No sabemos cuál fue su deseo, por supuesto (hay elementos de esta explicación que levantan sospechas en general), pero su tono comprensivo hacia Nene está ciertamente en conflicto con dejarla atrapada (y a Natsuhiko) en un cuarto que se hunde y echarle la culpa a sólo seguir las órdenes de Tsukasa.

Por supuesto que Hanako-kun viene al rescate de Nene

Aunque nunca se ha declarado explícitamente, está claro por la actitud de Natsuhiko que sabe que no está en verdadero peligro ¿Eso se aplica a Nené también, y si es así, por qué molestarse en dejarla atrapada allí en primer lugar? En cualquier caso, mientras Natsuhiko interpreta al galán bakayarou, Hanako – que realmente siempre está ahí para salvar a Nene, tal y como ella dice – se las arregla para contactar con ella a través de radio y mokke, e informarle que está «en ninguna parte». Natsuhiko comienza a abrir puertas – aparentemente despreocupada por los peligros del otro lado – y finalmente es arrastrada.

Nene, por su parte, trata de escuchar el consejo de Hanako y finalmente encuentra una puerta que reconoce, pero la lleva de vuelta al tiempo (no al lugar) que esperaba. Al acercarnos al final de la temporada, Hanako-kun se salta los arcos de la historia para empaquetarse en una temporada de anime. Eso explica por qué hemos pasado de un formato de monstruo de la semana a una más deliciosa y compleja exploración de las dualidades del show: el bien y el mal, la vida y la muerte, Hanako-kun y su gemelo. Es una pena que nuestro tiempo en este mundo oscuro y encantador esté llegando a su fin, pero si «Tea Party» es el comienzo del acto final, será un final prometedor.

Un encuentro especialmente emotivo se produce cuando Nene se encuentra con un Amane que aún vive en el pasado.

Incluso en el primer episodio de la serie, Hanako-kun tiene la sensación de quemarse, y no hay duda de lo que Nene ve el 18 de julio de 1969 la hará conocer cada vez más a Hanako. Ver una visión es una cosa – ver a un niño vivo y respirando (más joven que ella, no lo olvidemos) herido y en lágrimas es otra muy distinta. Hay un poco de angustia en los saludos que ella comparte con Hanako después de que él la devuelva a su tiempo (con un poco del pasado), especialmente después de que él se disculpe por arruinar las rosquillas que ella le hizo.

Sé que será una pena terrible si no conseguimos una segunda temporada, no sólo porque Jibaku Shounen Hanako-kun es una gran serie, sino porque apenas estamos en la punta del iceberg.

Avance del episodio 10 de Hanako Kun

Galería de imágenes